Si bien la mayoría de los medicamentos son seguros y efectivos, desafortunadamente muchos también son costosos. Los biosimilares, nuevas versiones de un medicamento que son similares al original en todos los aspectos significativos, ofrecen una alternativa potencialmente menos costosa que los medicamentos biológicos originales. El profesor Tore K. Kvien de la Universidad de Oslo, Noruega, y sus colegas han demostrado que un biosimilar, CT-P13, es clínicamente igual al fármaco infliximab cuando se cambia del original al equivalente biosimilar. Esto significa que los pacientes pueden cambiarse al fármaco biosimilar por motivos no médicos, sin comprometer la seguridad, eficacia o inmunogenicidad.