La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se caracteriza por una inflamación crónica del tubo digestivo, siendo sus patologías más comunes la Enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). Así, mientras que en la primera la inflamación puede estar en cualquier lugar del aparato digestivo, en el caso de la CU afecta solo al intestino grueso o colón.
Entre 84.000 y 120.000 personas padece EII en España, por lo que una de cada 450 personas en nuestro país sufre estos problemas, según estima la Sociedad Española de Patología Digestiva pese a no existir un registro oficial de pacientes.
De este total, el 42% tiene la Enfermedad de Crohn y el 48% sufre colitis ulcerosa. No obstante, la organización prevé un alza de la prevalencia de estas enfermedades crónicas en los próximos años, un auge que también se verá reflejado a nivel económico.
El informe ‘Enfermedad Inflamatoria Intestinal situación actual y retos asistenciales’, elaborado por el Centro de Investigación de Ciencias de la Vida de EY, señala que el impacto económico de la EII es de 1.083 millones de euros en España, de los que el 46,5% corresponde a costes indirectos derivados de la incapacidad laboral que provoca la enfermedad.
Actualmente está aprobado para su uso en la enfermedad inflamatoria intestinal un biosimilar de Infliximab (el medicamento original es Remicade) desde septiembre de 2013, con dos nombres comerciales: Inflectra y Remsima. Las indicaciones de los biosimilares con infliximab son las mismas que las del medicamento de referencia y se administra de igual manera, por vía intravenosa y a las mismas dosis. A la luz de la exhaustiva evidencia analítica y clínica la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la más experimentada en el desarrollo de regulación y en la evaluación de biosimilares, estimó que el comportamiento de los biosimilares y del producto original, Remicade, era el mismo para cualquiera de las indicaciones.
Infliximab se suele usar en pacientes diagnosticados de Enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa con brote moderado o grave y que no responde favorablemente a tratamientos convencionales o cuando éstos están contraindicados o existe intolerancia.
El año pasado un estudio independiente y prospectivo realizado en Hungría comprobó que la respuesta en los pacientes tratados con el biosimilar fue similar a la esperada con el biológico de referencia en lo que respecta a la inducción y el mantenimiento de la remisión. Además, tras analizar a los primeros 90 pacientes con biosimilar, se observaron reducciones significativas de indicadores validados de la actividad de la enfermedad en comparación con los valores basales después de dos y seis semanas de tratamiento. Asimismo, las concentraciones de proteína C reactiva (PCR) disminuyeron durante el tratamiento de inducción para la colitis ulcerosa.