La entrada de los biosimilares en el mercado farmacéutico hospitalario español ha generado una notable disminución del coste de los tratamientos biológicos para los que existe la versión original y el biosimilar. Por su propia naturaleza, es evidente que la comercialización de biosimilares debe contribuir a la contención del gasto sanitario por tratarse de biológicos equivalentes a los originales pero a menor precio. Puede ocurrir que el propio original disminuya su precio ante el lanzamiento de los biosimilares. Por ejemplo, según datos del Sistema de Información de Farmacia de la Comunidad de Madrid,esta disminución ha alcanzado más del 40%.
La reducción del precio del biológico permite, por lo tanto, el acceso de más pacientes del Sistema Nacional de Salud (SNS) a este tipo de tratamientos a un mismo coste. También ha permitido en ciertos casos optimizar protocolos terapéuticos. Pero la contribución de los biosimilares al incremento de le eficiencia del SNS va más allá.
Los biosimilares colaboran a fomentar la innovación. Por dos procedimientos (1) los recursos liberados por el descuento en el mercadopermite abordar el tratamiento con nuevos fármacos de mayor coste y (2) la “amenaza” comercial que suponen los biosimilares para las compañías de originales, que incentiva y acelera la investigación de las empresas innovadoras ante la expiración de las patentes y la pérdida de ingresos, de forma que las compañías se ven obligadas a centrar sus esfuerzos en la investigación de moléculas que supongan avances terapéuticos.
Por último, la biosimilaridad no está reñida con la innovación, y existe ya en el mercado un medicamento biosimilar con avances o cambios positivos para los pacientes en el dispositivo de autoadministración. Dispositivos cuyo fin último es el ahorro.
Por lo tanto, los efectos positivos en el SNS, y por lo tanto en los pacientes, de la llegada de biosimilares no se circunscriben a la posibilidad de ahorrar. A pesar de todo ello, la adopción y prescripción de biosimilares es aún baja en España. Conviene favorecer de forma transparente la incorporación de los biosimilares a la práctica clínica y para ello es preciso que se pongan en marcha estrategias de ámbito nacional e internacional que incentiven su uso y creen un escenario atractivo para la inversión empresarial.