Mucho se ha hablado en los últimos años de los riesgos que implica el cambio de biológico de marca a biosimilar cuando un paciente ha iniciado un tratamiento. Se trata de un asunto controvertido, debido a la especial naturaleza de este tipo de fármacos, cuya composición molecular, al estar fabricados con organismos vivos, puede diferir incluso entre unidades de un mismo producto.